Tantos años reinventando y recreando realidades con gotitas de humor, para hacer reír a mi pueblo y a mi gente. Hoy he agregado reflexión, con mi forma de hablar y ver la vida. Soy un activador de sonrisas, un encantador de personas. Me cautivan los rostros de quienes escuchan y presencian el acto más noble de un ser humano, servir a otro, darle un minuto de alegría y ayudar a debilitar las penas. Sí el público sintiera la dicha instantánea que se nos produce en el alma cuando recibimos la risa y el calor del aplauso, muchos se pondrían la nariz roja y despertarían al mundo con carcajadas y dirían que la risa, abunda en la boca de los seres felices y no de los tontos.
JORGE PÉREZ VIDELA
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